Las estadísticas muestran que los pacientes con enfermedades dermatológicas, y de manera especial los afectados por vitíligo, tienen un 20% más de alteraciones psiquiátricas que el resto de la población.
Las patologías que más afectan al estado anímico de los pacientes son el acné, la psoriasis, la dermatitis atópica, la alopecia, el vitíligo o los angiomas, sobre todo porque se manifiestan en las zonas más visibles del cuerpo: el rostro y las manos. El diagnóstico del vitíligo es un momento difícil para estos pacientes.
En el caso del vitíligo, es importante el hecho de que la mayoría de los diagnósticos se realizan antes de los 30 años, una etapa de la vida muy sensible desde el punto de vista emocional.
También hay que tener muy en cuenta que el tratamiento del vitíligo, al igual que el de la psoriasis y otras enfermedades de la piel, es largo y complejo, y que cada paciente responde de forma diferente a las distintas opciones terapéuticas.
La constancia y la combinación de diferentes tratamientos (sensibilizantes, fototerapia, reguladores de la pigmentación, etc.) es esencial para lograr resultados y muchos pacientes se desaniman al poco de empezar el tratamiento.
La enfermedad puede estar asociada a problemas de autoestima, dificultad en las relaciones sociales y ansiedad por la incertidumbre sobre la evolución y tratamiento del vitíligo.Y precisamente, esta ansiedad y el estrés que genera hacen que la propia enfermedad empeore.
En este sentido, os acercamos el decálogo de la Asociación de Pacientes de Vitíligo (ASPAVIT), en el que se recuerda la importancia de evitar el estrés y búsqueda de apoyo psicológico si se considera necesario.
Decálago Aspavit
- Asume tu enfermedad.
- Si lo necesitas busca apoyo psicológico.
- Evita el stress.
- Practica alguna actividad física adecuada a tu edad.
- Selecciona bien a tu Dermatólogo.
- Sigue tu tratamiento bajo prescripción médica.
- Evita los tratamientos milagro.
- No interrumpas el tratamiento. Se constante.
- Evita la automedicación.
- Sigue una alimentación sana.
- Consume antioxidantes ( tomate, remolacha, zanahoria.. ).
- Si optas por la fototerapia, consulta con un dermatólogo especializado en fototerapia.
- Recuerda: No todos los tratamientos surten el mismo efecto en todos los pacientes.